Limpiar el casco de una embarcación y la hélice en cada varada sin tóxicos.
No sólo es muy común en los varaderos ver como se limpian las hélices con salfumán (ácido clorhídrico) sino que es frecuente encontrar blogs y artículos en páginas web donde se recomienda alegre e irresponsablemente su uso.
¿Por qué nunca se debe utilizar salfumán en la limpieza de metales?
El ácido clorhídrico es un producto extremadamente corrosivo y peligroso para la salud, normalmente se encuentra en el mercado en concentraciones entre el 10% y el 38% ya que más concentrado es muy peligroso y difícil de manipular.
Si bien es un excelente desincrustante para eliminar residuos de carbonato cálcico (p.e. la concha del caracolillo y el arneirón), también es un potente corrosivo de metales (excepto la plata, el oro, el mercurio y alguno más).
Esto significa que, si lo aplicamos sobre una hélice (de bronce, por ejemplo), estaremos destruyendo la superficie de la misma, normalmente compuesta de cobre, estaño, níquel, aluminio o manganeso. Cuando el bronce pierde el zinc, contrae la llamada “enfermedad del bronce” (Bronze disease), desgraciadamente incurable.
Si hacemos la prueba de limpiar cualquier objeto de bronce con salfumán, aunque sea diluido en agua, veremos que rápidamente queda brillante, pero con un tono anaranjado, esto es debido a que el cobre es mucho más resistente al ácido que el aluminio, el zinc o el estaño, dejando una superficie rica en cobre, es decir, modificando la aleación de bronce y por tanto sus propiedades.
En estas fotos se puede ver como el cobre no reacciona en ácido clorhídrico, el aluminio lo hace violentamente y el zinc directamente se ha disuelto:
Antes: Después :
¿Cuál es la forma correcta de limpiar las hélices y de paso el casco del barco?
Barnacle Buster es un producto totalmente ecológico que normalmente se utiliza para la limpieza de circuitos de refrigeración por agua de mar, pero que es perfecto para este fin, ya que es 100% eficaz en la eliminación del carbonato cálcico (caracolillo) y es mucho menos peligroso que el salfumán y además, por supuesto, mucho menos dañino para los metales.
¿Cómo aplicarlo?
La principal diferencia respecto a la limpieza del circuito de refrigeración con Barnacle Buster, es que debemos diluir el producto en una proporción 1:2, en lugar de 1:4.
El procedimiento es tan sencillo como aplicar el producto diluido con brocha o con un rociador, esperar de cinco a diez minutos y enjuagar. Si el tamaño de las conchas es muy grande, es posible que haya que repetir la operación.
De esta forma se consiguen eliminar todos los restos de carbonato cálcico (conchas) sin atacar a los metales, aumentando la longevidad de las hélices, proteger nuestra salud y además respetando el medio ambiente.
Barnacle Buster no es tóxico, es completamente seguro y además es biodegradable.
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Limpieza de circuitos refrigerados por agua de mar.